Rusia, 10:00 pm, Fortaleza Blokovik.
NIKOLAY
El olor a sangre me enloquece, mientras observo como mis hombres recogen los cadáveres, me tomo el momento para caminar por la zona boscosa que permanece iluminada gracias a las farolas colocadas estratégicamente en lo alto de algunos árboles, y a la luz del sol. Una de las cosas que más me gustaba eran los días del cazador, días en los que jugaba con mis presas a dejarlas en libertad, les ingería tanto dolor físico como psicológico, que todo lo que les decía se lo tragaban. Las dejaba libres y las cazaba yo solo por el bosque, hasta que las mataba.
Era un juego del escondit