El coche que pasaría por Diana estaba puntualmente fuera de su edificio.
Se fueron por la autopista y se libraron del alto tráfico de ese horario. La recibió el mayordomo de la mansión y le hizo pasar a la sala de espera.
Quien salió por ella no fue la abuela Giulianna
-Diana ¿qué haces aquí?- le preguntó un descolocado Mauro.
-Vine porque tu abuela me citó.-
-¿Mi abuela?-
-Sí, me pidió vernos para cenar.-
-A mí también me invitó.-
-Los cité a ambos, quería reunirme con los dos, tenemos muchas cosas que hablar.-
-¿Para qué necesita que estemos los dos?-
-Necesitamos aclarar malentendidos del pasado.-
-Sobre la clínica, eso quedó saldado hace más de un año.- habló Diana.
-Los mismos ojos de su esposo, la estudiaban preocupada.
- Pequeña...- abrió sus brazos para abrazarla.-... ¿Qué hicieron contigo? ¿Estás comiendo bien?- pellizcaba sus mejillas molesta por la imagen desgastada de la chica.
-Disculpe por no contactarme antes con usted... no quería provocarle más molesti