Por suerte no les di tiempo ni de pensar y salí a toda prisa a encontrarme con Flora que vivía a unas casas de distancia nada más. Al verla esperándome en una esquina grité su nombre para llamar su atención hacia mi.
-Flora, aquí estoy....! grité mientras agitaba la mano pero parece que llame la atención de toda la manzana porque todos voltearon a verme.
-Te levantaste demaciado animada o que...? pregunto ella extrañada por mi comportamiento, nunca llamaba así a alguien en la calle, es más, siempre intentaba pasar desapercibida porque odiaba las miradas de la gente. De repente me sentí como mono de zoológico, todo el mundo me miraba y sentí una aplastante vergüenza por lo sucedido.
-Perdon.... no soy yo misma estos días...
Intente disculparme aunque sabía que no era necesario.
-Estamos de acuerdo en eso...
Ella me miró con una cara de picardía que ya conocía.
-Hoy estás más perra que nunca...! Que diablos haces mujer que cada día que pasa estás más sexy...? Es hora de que me vayas p