—¿Quién dijiste que ha muerto?
La mirada de Lorenzo se volvió instantáneamente fría.
El otro se sobresaltó y le dijo: —¡Fue Yelena, la vicepresidenta del grupo Prosperidad! ¿No lo sabes? Ella robó la corona de Delfina, ¡la colgaron y la golpearon cruelmente hasta casi matarla con un látigo!
Al caer sus palabras, Lucía se sorprendió y palideció al momento: —¿Estás diciendo que Yelena está en graves problemas?
El cuerpo de Lorenzo se lanzó como un vendaval.
Al entrar, vio a Yelena en completos harapos, casi sin aliento, caída en un charco de sangre, sin el aura fría y arrogante de siempre.
—¡Señorita Silva!
Los ojos de Lorenzo se pusieron totalmente rojos.
En ese momento, algunos médicos llegaron y solo realizaron un examen superficial del cuerpo de Yelena, emitiendo un veredicto de muerte: —La paciente ha perdido demasiada sangre y su corazón ha dejado de latir. Está muerta. Según las instrucciones del señor Sánchez, ¡llévenla directo al crematorio!
Después de decir eso, levantaron la c