Después de almorzar Alan subió a descansar, cuando entró a la habitación se encontró a su hermana sentada a la orilla de la cama con una sonrisa pícara en su cara.
—¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así?
—Te vi besándote a Rous. —Alan cruzó los brazos sonrió.
—¿Y por qué nos estabas espiando?
—No los espiaba, solo fui porque mi mamá me envió a buscarlos, pero no quise interrumpir la romántica escena.
—No le vayas a decir nada a nuestros padres. —Marian se puso de pie y se acercó a él.
—Algún día se van a enterar.
—Rous y yo se lo diremos en el momento indicado.
—Sabes, me da mucha alegría que Rous y tú hayan decidido estar juntos.
—Gracias Marian. —Alan le puso la mano en el