Sonia debía ir al orfanato de niñas para dar sus clases, pero no había nadie en la hacienda disponible para llevarla, llamó a Johana y enviaba a buzón.
—Dios bendito esto es el colmo —dijo Sonia en voz alta—, ¿Socorro, sabes dónde está Agustin?, él siempre me lleva al orfanato.
—Señora Sonia, le comenté que el muchacho tiene paperas, está complicado, le dije esta mañana ¿no lo recuerda?
—Faltaba más, como voy a estar interesandome por lo que le pasa a ese chiquillo tonto, necesito llegar al orfanato y no hay quien me lleve.
Soni