Departamento 05
Departamento 05
Por: Yendri7070
Parte 1.

Les contaré sobre mí:

Primero les diré lo complicado que ha llegado a ser mi vida. Hace poco que salí del instituto ya graduada y aunque fue un motivo para estar muy feliz, yo la pasé triste ya que no tenía a ningún amigo con quien compartir ese momento tan importante de mi vida. Yo estaba totalmente sola, sin nadie que me abrasara y dijera: "felicidades por tú logro". 

Mis padres tienen dos años de fallecidos. El resto de mi familia está en otros países y no podían viajar hasta acá. Así que tuve que decidí irme a vivir a otra ciudad y así poder trabajar haciendo dibujos para historias. Generalmente, no es un trabajo en sí; sólo lo hago para poder vivir y poder pagar el departamento que tuve que rentar, no tenía de otra. 

Después de pasar un año completo sin que me gustara algún chico de la institución y justo ahora que ya no tengo que seguir yendo, me topo con la sorpresa, de que un chico muy apuesto vive justamente al frente de mi casa; y que por una de las ventanas lo puedo mirar cada vez que se siente en su escritorio y utiliza su laptop de trabajo o el celular; el cual supongo, sólo usa para sus redes sociales. 

No les miento tengo miedo de volver a revivir ese sentimiento nuevamente; mas es algo que no puedo controlar. O eso es lo que pienso.

Sólo espero que mi vida no se vuelva más complicada de lo que está. Bueno, por lo menos era lo que esperaba, ya que no era algo seguro. 

16 de Mayo del 2016.

—¿Eres nueva? —me preguntó una amable señora. 

—¡Así es señora! —sonreí amablemente respondiendo a su pregunta. 

—Me llamó Fátima, ¿y tú cómo te llamas jovencita? 

—Yo soy Verónica, pero me puede decir Vero. 

—Mucho gusto, señorita —me dijo ella.

—Igualmente —exclamé.

—¿Y cuándo llegaste? —me preguntó la señora Fátima. 

—Ayer, como a la 1:30 p. m. —le respondí. 

—Pensé que hoy mismo habías llegado. —me dijo ella. 

—Pues no, de hecho quería venirme para acá desde hace dos días atrás, sólo que no pude. —le expliqué. 

—Comprendo, querida. —respondió ella. 

—Bueno, señora Fátima, fue un gusto conocerla; pero ya tengo que regresar de nuevo a mi departamento. 

—Esta bien, señorita Verónica. —replicó la señora Fátima—. Espero verla pronto. 

—Lo mismo espero. —le dije y me retiré. 

Al llegar al departamento me puse a dibujar, ya que tenía que entregar unos trabajos pendiente a algunos clientes que necesitaban hacer sus historias. 

La mayoría de ellos, crean novelas y cuentos, en los cuales debo enfocarme para diseñarlos y entregarlos luego. 

Uno de los clientes quiere hacer una novela referente a una familia millonaria, que lo perdió todo por culpa del mal uso de su dinero. 

Es una historia larga; pero es bastante interesante porque es misteriosa, tiene muchas muertes y también algo de romance. 

Otra de las historias de la que le debo realizar las imágenes, es la de una chica que quiere crear una novela llena de romance y misterio. Dónde la protagonista debe luchar con su amado por ser felices, ya que deben enfrentar grandes y difíciles situaciones. A esas dos novelas y otras más, debo de crearle los dibujos; eso sin meter que también debo crear las imágenes de que algunos cuentos también.

Esto de dibujar me gusta mucho; pero sinceramente quisiera hacer algo más. Como estudiar algo que me llame la atención. Aunque aún no sé qué debería estudiar. 

Mientras termino de hacer el tercer dibujo, recibo un mensaje de una de mis primas llamada Rosa. Ella es Enfermera y es una de las mejores primas que pudo tener. Sólo que casi no tiene tiempo para hablar conmigo por su trabajo. 

—Hola prima. —me saludó con gran emoción.

—Hola, mi querida prima Rosa. —respondí el saludo.

—¿Cómo has estado? —me preguntó.

—Bien. —respondí—. ¿Y tú que tal estas?

—No muy bien, prima. —dijo Rosa. —No te lo había dicho, pero tengo cáncer. 

—Espera, ¿qué dices Rosa? —pregunté impresionada, sintiendo tristeza a la vez.

—Lo que te dije, tengo cáncer y muy poco tiempo de vida. —replicó Rosa—. Además de que ya tengo un mes completo que no trabajo por el mismo motivo. 

—¿Porqué me lo dices hasta ahora? —pregunté. 

—No sabía cómo decírtelo. —me respondió Rosa. 

—Necesito verte prima. —dije—. Quiero hablar en persona contigo.

—No puedo, la paso muy mal; no puedo ni salir de casa. —me explicó Rosa—. Mi madre está trabajando muy duro al igual que mi padre, para poderme ayudar con el tratamiento y que yo siga viva, pero ya me queda muy poco tiempo de vida. El mismo doctor me lo dijo. 

—No puedo creerlo Rosa. —dije—. Tú no te puedes morir. 

—Lo siento prima, pero esta es mi realidad. —dijo Rosa—. Te quiero mucho, adiós. 

—Prima, por favor. —repliqué—. Trata de vivir. 

Ese fue el último mensaje que envié para mi prima; pero ella no respondió más. Me sentía tan triste que no pude continuar dibujando, por lo menos, por el momento era mejor descansar un rato. Me iba acostar, pero alguien tocó el timbre de mi departamento. «¿Quién será?, -pensé- no quiero ni abrir...»

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