Capítulo 62. Ferrini: el cazador paciente y el regreso de un ausente.

En su departamento, Renato Ferrini observaba la cobertura desde el televisor.

Nada lo sorprendía. Todo había salido como lo planeó.

El país lo adoraba, la fiscalía lo veneraba y los Del Valle lo temían.

Pero lo que realmente lo mantenía allí, en silencio, con una copa de vino entre las manos, no era el caso…

era ella.

Mariana.

La mujer que había sido víctima y cómplice al mismo tiempo.

La que no debía haber sobrevivido y, sin embargo, lo hizo.

La que ahora vivía una vida prestada, sin saber si el amor que la sostenía era su condena o su redención.

Paolo entró sin anunciarse, con un fajo de papeles.

-- Los medios piden una declaración más, señor. Quieren saber si habrá nuevas detenciones –

Ferrini no respondió. Solo exhaló el humo lentamente, mientras seguía mirando por la ventana.

-- Si todo sigue igual no debería caer nadie más, al menos no aún – susurró.

-- ¿Qué está esperando? – le preguntó Paolo interesado, trab