41. Una sospecha...
Capítulo 41. Una sospecha peligrosa y una verdad aun peor.
Emiliano caminaba de un lado a otro del despacho.
Había dejado a Mariana en la habitación, con una orden seca de “descansar”, pero él no podía hacerlo.
Las palabras de Francesco resonaban en su cabeza como martillazos:
“¿No tomaste lo que no era tuyo y lo moldeaste a tu medida?”
Y aunque le dolía admitirlo, en parte era cierto.
La había moldeado a su gusto.
La había querido a su lado.
Y ahora no sabía si lo hizo por venganza, por necesidad o porque simplemente ya no podía vivir sin ella.
Fernando apareció en el umbral.
-- Señor, ¿necesita algo más? –
-- No. – Emiliano lo despidió con un gesto, pero antes de que el asistente se marchara añadió. – Espera un momento, quiero que mañana mismo averigües dónde se está quedando Renato Ferrini, ese italiano escuchó más de lo que debía, necesito saber que sabe de todo esto y averigua también donde está viviendo Francesco Romero ahora –
-- Sí, señor – le respondió el asistente, y desapa