Pero si no buscaba nada, ¿por qué era tan amable conmigo?
¿Sería posible que entre tantas mujeres de su clase social, hubiera ignorado a todas las señoritas elegantes y de buena familia para enamorarse justamente de mí, una heredera caída en desgracia y ex esposa abandonada?
Ja, qué ridiculez. Me avergoncé de mi propia osadía al pensarlo.
Y luego estaba el asunto del Patek Philippe... No sabía qué hacer. Sin valor para llamarlo, solo podía esperar pasivamente a que él me contactara. Al fin y al cabo era un reloj de cien mil dólares, no podía simplemente quedárselo, ¿verdad?
Pero esperé todo el día hasta la noche y Lucas no llamó.
Este lunes era mi verdadero cumpleaños - lo de anoche había sido la celebración anticipada de Sofía.
Por la tarde, Mariano volvió a llamar, regañándome de entrada por plantarlos y tomarlos por tontos. Cuando le expliqué que había bebido demasiado, ni me escuchó, mucho menos mostró preocupación - solo preguntó si asistiría o no a la junta directiva.
¡Por supues