Luisa
Resultó ser que la habitación que iba a compartir con el marqués no era como yo esperaba, en primera porque parecía un piso completo en lugar de una normal y porque tendríamos más privacidad de la esperada.
El lugar era enorme, entramos a un pequeño recibidor que prácticamente servía para dejar los sombreros, bolsos etc y después a los lados puertas de madera cerradas. Larry abrió las de la izquierda y una cama matrimonial saltó a nuestra vista indicando que era una habitación y cuando abrió la otra fue la misma imagen al parecer, sólo las puertas nos separaban ya que si dormía con las mías abiertas y él también no podríamos ver perfectamente.
Dentro de la habitaci&oa