12. Juntos, por un momento.

Llegué al trabajo con cierta prisa, llevaba dos vasos con café, ambos sin azúcar y sin leche, para sorprender a Christian, una de las pocas cosas que no pudimos instalar en la oficina temporal era la cafetera, algo que todos los empleados lamentábamos mucho. La cafetería más cercana no podía en realidad llamarse “cercana”, había que caminar media hora para llegar y tenía siempre una fila enorme. Pasar por a dosis diaria de cafeína se volvió una travesía contra el tiempo y la creciente clientela del café, ahí es donde agradecía mi suerte, había una excelente cafetería a una cuadra de mi casa. Lo entretenido fue llevar balanceando los vasos en las calles llenas de personas, baches y conductores d

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