En cuanto el avión aterrizo, Elizabeth y Alice fueron directo al hospital donde se encontraba Francis, ella permanecía en sala de parto, mientras que el siempre fiel Mohamed estaba allí esperando y apoyando a Abdul igual que lo hacía con Farid. — Chicas, ¿qué hacen aquí, como llegaron tan rápido? Valla mira lo grande que está Ángel, ven aquí campeón, dale un abrazo al abuelo Mohamed, la pequeña Samira Elizabeth que hermosa estas, mírate tienes los mismos ojos de tu padre y el nombre de dos grandes y luchadoras mujeres.
— Mohamed, cuanto gusto me da verte, en cuanto a lo rápido que llegamos no hay nada que un jet privado no pueda hacer, es como la alfombra mágica de la nueva era; sabes tienes mucha razón cada vez que veo a Samira me parece estar viendo los ojos y la sonrisa de Farid.
—Así es Elizabeth, en este tiempo con tanta tecnología mezclado con algo de dinero hace que todo sea posible, en cuanto a los niños creo que eres afortunada de tener una parte de Farid contigo y cambiando