DONNA CRUZ
Vi sus ojos y quise creer cada una de sus palabras. Me incliné para besarlo, mientras nuestro abrazo se estrechaba cada vez más.
—Me quedaré contigo —dije contra su boca, sintiendo su aliento revolviéndose con el mío—. Quiero quedarme contigo.
Lo que sentía por Piero era extraño, demasiado súbito e intenso, era como si desde siempre hubiéramos estado juntos. Me sentía tan bien con él.
—Júramelo… —susurró envolviendo mi mentón con su mano, parecía tener miedo de que le estuviera mintiendo—. Dijiste que querías un hijo con mis ojos, prométeme que lo tendremos.