Capítulo 27. ¿Obligaciones conyugales?
Esas palabras para Valentina, fueron como un dardo mortal, el Dr. le había deseado suerte en su matrimonio y disfrute de su luna de miel, ya sabía que ella se había casado, ¿Qué estaría pensando de ella?
La familia de Alberto, eran muy amables con Valentina y la trataban muy bien, sobre todo su madre, una mujer que le gustaba platicar y cocinar. En este poco tiempo de estar casados, Alberto solo había colmado de atenciones a Valentina, la trataba como a una reina y no le había siquiera insinuado que cumpliera sus deberes como esposa. En casa de su madre, dormían en la misma habitación, pero ella en la cama y él en un sofá, se habían convertido en muy buenos amigos y ya era hora de que Valentina supiera la verdad del porqué de este matrimonio.
Augusto deseaba volver a caminar cuanto antes y recobrar su vida normal, asistía a sus terapias sin descanso, para olvidarse un poco de la mujer que tanto amaba, pero que ya no podían estar juntos, Valentina se había convertido en una obsesión qu