Diez minutos más tarde, solo cinco altos directivos se presentaron en la sala de conferencias.

Cuando la secretaria, Layla, llamó al resto, dijeron que ya renunciaron. Ni siquiera querían el pago del mes.

El gerente del departamento de finanzas dijo: “Deja de llamarlos. Puedo adivinar la razón por la que no están viniendo. Alguien me llamó anoche y me dijo que me darían medio millón de dólares si renunciaba. Incluso me recomendarían a otra empresa donde tendría un futuro más prometedor. Si no fuera porque le tengo cariño a la Corporación Neeson después de trabajar aquí por más de 10 años, también me habría ido”.

“Yo también recibí esa llamada. Los distribuidores también debieron haber sido instigados por esas personas”, dijo el gerente del departamento de planificación. Ella también estaba arrepentida.

Los altos directivos de los departamentos de mercadeo, ventas y relaciones públicas más importantes de la empresa habían sido reclutados. Los otros departamentos también estaban en p