Qué pasa señor?–digo con la voz entrecortada.
–No te hagas la estúpida, ví como mirabas a tolga.
–No se de qué hablas–sigo limpiando el lavaplatos.
–Ah, no sabes–me gira quedando enfrente de el, el me mira con rabia, está molesto solo porque mire a su amigo, enserio esto es fantástico.
–Y si lo mire así que, ah, dime qué pasa?–lo enfrento y el me mira sorprendido.
–Te voy a castigar–dice de manera rápida.
–Estas loco, acaso soy tu mascota?–le respondo y el me sostiene de las muñecas, intento safarme pero el es extremadamente fuerte.
–Mira dilara, no quiero que te le acerques a ese tipo ¿lo entendiste?–me advierte con voz grave, me echó a reír y el eso le molestó.
–¿Dime cariño, estás celoso?–me acerco a el hasta quedar enfrente de sus labios, el traga en seco y yo escucho el sonido que surge de su garganta al tragar
–Te crees la última Coca-Cola del desierto.
–Mira Tayyar o mejor dicho señor Tayyar, no me creo nada, solo soy lo que quiero ser y punto.
–Me ha quedado claro–me suelta y