***ABEL***
Salí de la clínica e iba camino a la joyería. Aquella noche compraría el anillo de compromiso para Caro. No tuve dudas desde un principio que ella era la mujer con la que quería pasar el resto de mi vida y no quería esperar más para hacerla mi esposa.
Nuestro amor cada día crecía más, al igual que el deseo, pero quería cumplir mi promesa y demostrarle que quería estar con ella eternamente.
Sin embargo, antes de llegar a la joyería, recibí una llamada de Carolina, avisando que Lola estaba herida y Martín había sido el causante de aquello.
¡Maldito!
Conduje rápido con las manos temblorosas, no quería imaginar lo que les hubiera pasado si hubiesen estado en casa.
Llegando A la veterinaria, vi a Ana con Becky en brazos y Emilio en el coche. La vi a ella sentada con las manos cubriendo su cara. Alzó la mirada y al verme, se puso de pie, la abracé y suspiré aliviado.
—Estoy bien, amor. Pero mi Lola... —se echó a llorar.
Ana se acercó a nosotros y me comentó lo que el zoote