Novalee se quedó dormida esperando noticias de Grayson y comenzó a soñar. Su mente se fue al tiempo en que siendo una chica de 16 años corría al gallinero para recoger los huevos lo más rápido posible y colocarlos en las canastas y llevárselos a la señora Farris quien los estaba esperando para preparar el desayuno de los hombres que venían de la faena con Brutus, el incanzable perro ovejero.

Salía del gallinero llevando las canastas llenas de huevos con mucho cuidado para que no se rompiera ni uno. Llegaba a la cocina y los ponía en la mesa para que la señora Farris preparara su deliciosa omelete. Novalee se ponía el delantal para ayudar a la señora Farris en la cocina y luego, comía apresuradamente para irse hasta la entrada del rancho por donde pasaba el autobús escolar recogiéndola y donde siempre estaba Grayson esperándola para hablar con ella de todo y de nada antes de que llegara el autobús.

Novalee llevaba su cabello rubio suelto hasta la cintura con un flequillo en la frente y