El Regreso A Nueva York
Apartamento de Nate – Upper East Side, Nueva York
El vuelo de regreso fue tranquilo, casi silencioso, como si el cielo supiera que no era momento de sobresaltos. Diana fue dada de alta con una sonrisa cansada y la pierna envuelta con cuidado y al poco tiempo su pareja llegó, desbordando ternura y alivio. Nate, meticuloso como siempre, se había adelantado a las necesidades médicas: gestionó sesiones con kinesiólogos locales, activó los servicios de apoyo y habló con colegas de confianza en Carolina del Norte, donde su nombre, como él mismo admitía con una media sonrisa incómoda, aún abría muchas puertas.
Claire no dijo nada en el aeropuerto cuando Nate le pidió que no se quedara sola en el apartamento. Que Miles la esperaba mientras él iba a ir a la consulta por unas horas.
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