Capítulo XLII
Así transcurrieron algunas semanas, ya casi a un mes de aquel primer encuentro, se había convertido en una costumbre el hecho de encontrarse cada fin de semana Mercedes y Manuel. Todo parecía ir bien, sin ningún tipo de alteraciones, frecuentando los mejores lugares y pasándola bien hasta el amanecer. Manuel plácidamente feliz de estar con esa mujer que lo representaba a donde Iván, pero sin toparse con amistades ni por accidente, pues siempre la llevaba a lugares recónditos de la ciudad o fuera de ella.
Mientras que Mercedes disfrutaba de toda esta situación, pero no conseguía la paz y la tranquilidad interior, porque estando con él no sabía en qué momento podía encontrarse con su señora y está podía hacerle un espectáculo.
Se debatía entre la contradicción de lo rico que era pasarla junto a él y la sobra de vivir con la angustia de que tarde o temprano los encontrasen Y se armara una trifulca y ella no estaba preparada para eso.
No demoró mucho en hacer llegar las ná