Capítulo 499
No fue hasta que Avery había colgado el teléfono que Elliot se había dado cuenta de lo que había pasado.

Él había detenido el coche con un chirrido y luego había rugido: “¡Fuera!”.

Shea se había sobresaltado, mientras que Zoe había estallado en lágrimas en el asiento trasero.

Zoe sabía que Elliot le estaba hablando, pero no quería bajarse del coche hasta que estuvieran en la ciudad.

“¡No me hagas usar la fuerza, Zoe!”, había espetado Elliot mientras sus ojos oscuros la miraban con resentimiento.

Zoe se había puesto pálida del susto. Inmediatamente después, había abierto la puerta y había salido del coche.

Una vez afuera, el coche se había adentrado en la noche como un rayo.

Veinte minutos después, Elliot llegó al restaurante.

Una vez que entró en la habitación privada, el gerente señaló los regalos y dijo: “Abrieron todos los regalos, pero no se llevaron ninguno”.

A Elliot se le formó un nudo en la garganta y sus ojos se enrojecieron mientras miraba fijamente los regalos desen
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