La sonrisa de Ivy se congeló mientras pensaba: ‘¿Eric Santos es amigo de mamá? ¿Ha tomado prestado mi libro hoy porque me ha reconocido?’.
Abrió su bolsa de inmediato y sacó su libro de texto de música antes de abrirlo bruscamente y darse un golpecito en la mano.
Eric le había dejado un mensaje en una de las páginas. Quería reunirse con ella y había un número junto al mensaje. Supuso que era el suyo.
"Por favor, pare el coche", le dijo Ivy a su chofer.
El coche acababa de salir del campus y no había ido muy lejos. Ivy salió del coche y marcó el número que tenía escrito en su libro de texto.
La llamada fue contestada enseguida y Eric dijo: "Hola".
"Señor Santos, lo siento, pero acabo de ver su mensaje en mi libro de texto", dijo ella avergonzada.
"¿Todavía estás en el campus?", preguntó Eric entre risas.
"Sí. Estoy frente a la entrada de la universidad".
"Bien. Entonces iré a verte. Estaré allí en unos diez minutos", dijo Eric después de revisar la hora.
"De acuerdo". En cua