A las cuatro y media de la madrugada, Rosa salió de su habitación con Irene.

Las dos se estaban preparando para salir a ver el amanecer y habían decidido antes de irse a dormir la noche anterior que no despertarían a nadie tan temprano.

Las dos salieron y Rosa encendió la linterna de su teléfono, pero las luces del salón se encendieron de repente.

Wesley estaba completamente vestido y de pie en la sala de estar. "Me preguntaba si se habían quedado dormidas. Estaba a punto de entrar y despertarlas", dijo él antes de salir con ellos con una bolsa en la mano.

"Papá, podemos ir solas. ¡Deberías volver a descansar!", dijo Rosa, sabiendo que su padre tenía que trabajar.

"Ja, ja. Hoy es mi día de descanso, así que puedo ir con ustedes y luego volver a casa a dormir más tarde", dijo Wesley. "Además, hace tiempo que no veo el amanecer. Quiero acompañarlas y tomar unas fotos para enseñárselas a tu mamá".

Irene vio que Wesley tenía ojeras y supo que no había dormido lo suficiente la noche a