Capítulo veintiséis: Hipócritas.
El estar tan cerca de David me permitía ver detalles en él que antes no, como por ejemplo su piel mucho más pálida de lo normal y grandes ojeras bajo sus ojos que ya no parecían tener el mismo brillo que antes, era como si con el transcurrir de los días se estuviera apagando y tocando fondo, podía atribuirle su estado al estrés sobre el o por una vez en mi vida aceptar que si me quería y había estado sufriendo tanto como yo.
Pero no entendía por qué si había decidido mantener mi dignidad intacta seguía sintiéndome mal.
— Está bien, supongo que debo respetar tu decisión y entender que me equivoqué y afrontar las consecuencias de todo esto, al menos no te perderé por completo...
— Tampoco deberías decir ese tipo de cosas, no es sencillo para mí aunque parezca — Respondí.
— Lo sé Juju, tal vez pude haberme esforzado más por ti.
— Basta ¿Si? Lo menos que quiero ahora es sentirme mal en un lugar como este.
— Será tarea difícil, verás, toda esta gente es hipócrita incluyendome, estoy aquí