Capítulo Trece: la vida sería más fácil si fuera un gato.
El doctor dijo que era completamente normal en mi estado sentir náuseas y vomitos, teniendo en cuenta que llevaba dos meses de gestación y era madre primeriza decidí comprar un diario en dónde escribiría todas mis experiencias y anotaría cada paso importante e inspirador para las futuras generaciones, David pensó que sería interesante e incluso me dijo que ayudaría a muchas madres que pasaran por lo mismo que yo en algún punto de sus vidas, así que al final lo que fueron malas noticias y vómitos dentro del auto acabó dejando una buena enseñanza.
Yo estaba sentada en una silla justo al lado de David mientras esperábamos a que el auto estuviera limpio nuevamente, intentaba hacerme creer que no habia sido la gran cosa pero seguía avergonzada por lo sucedido y tampoco era muy cómodo permanecer en silencio durante horas en un autolavado, o al menos para alguien tan conversadora cómo yo era un castigo.
— Sé que ya lo he hecho un montón de veces hoy pero lo siento, nunca había vomitado un aut