El Plan Maestro (no realmente)
Mike había invitado otra vez a salir a Nina, averiguó junto a Sierra los lugares que Alan solía pasarse pero simplemente no consiguió nada, el rubio vivía leyendo en la biblioteca o metido en la sala de conferencias del senado en donde su madre trabajaba mientras escribía y analizaba los consejos que debía dar como Cupido.
—Es todo un cerebrito—le dijo a Sierra—. No sé cómo haré para que se entere del beso.
—Seguro Nina se lo dirá, como es tan discreta—dijo en sarcasmo—. ¿Igual no la habías besado ya? —rió.