Después supe que fueron esos dos mensajes los que finalmente hicieron que todo encajara para Ethan.
Se dio cuenta de que habían sido las burlas de Sandy las que me habían expulsado, y una furia violenta brotó desde lo más profundo de su pecho.
Mi único arrepentimiento fue no haber estado allí para ver con mis propios ojos lo que ocurrió esa noche.
Solo me quedaron fragmentos de lo que otros me contaron, y con ellos reconstruí lo sucedido en aquella sangrienta purga.
Según decían, Ethan condujo como un loco esa noche, directo al apartamento secreto de Sandy. Cuando ella abrió la puerta, sus ojos se iluminaron, convencida de que por fin se había deshecho de mí para siempre.
—Ethan, ¿viniste a llevarme a casa? Empaco ahora mismo. Sabía que no podrías abandonarnos a mi bebé y a mí.
Apenas terminó de hablar cuando Ethan le dio una fuerte bofetada en la cara. La agarró del cuello de la ropa; su expresión se volvió tan oscura que parecía haber salido arrastrándose del infierno.
—Sandy,