Capítulo 25. Designios de la diosa
Los próximos días fueron una prueba de resistencia para Kevin, no solo porque deseaba ir a la habitación de Briana, no había dormido más que a ratos bajo algún árbol, y es que no confiaba en Gerald.
Kevin quería estar en todos los turnos de vigilancia y Bradley y Arthur lo apoyaban para cubrir todo el territorio por miedo a que dejaran entrar enemigos.
Ryan prefería no objetar la decisión de Kevin y procuraba organizar a sus lobos de manera exigente.
El matrimonio entre Briana y Kevin nunca fue tan necesario, ambas manadas se fusionaron en una sola por el momento.
Kevin estaba dándose un baño en el río y al salir siente el aroma de Ava.
—Por fin puedo verte a solas, no entiendo porque me evades.
—Ava, no lo hago a propósito, tengo mucho trabajo —exclamó Kevin serio y quiso pasar por el lado, ella le sujetó el brazo.
—Estás molesto conmigo, es lo que pasa.
Kevin no miró su rostro, miró su mano en el brazo de él y Ava lo soltó bajando la cara con pena.
—¿Qué