De todos modos, aquí hay una gran variedad de formas de apostar que no te puedes imaginar.
Simón se paseaba de un lado a otro, pensando en canjear algunas fichas y jugar un poco para probar. En ese momento, una voz dijo: —Señor, ¿está solo?
Se volteó y vio a una chica de unos veinte años, alta, con un maquillaje muy delicado, de aspecto hermoso, vestida con un conjunto corto, que lo miraba con una coqueta sonrisa.
Simón sonrió levemente y dijo: —Sí.
—Soy Pilar, la recepcionista aquí. Si necesitas algo, puedo ayudarte, — dijo la chica, con una sonrisa que parecía ser sincera.
Simón curioso le preguntó: —¿Qué tipo de ayuda ofrecen aquí?
—Podemos resolver cualquier problema que tengas, solo necesitas jugar de una manera relajada, — dijo Pilar con una sonrisa.
Simón afirmó y dijo: —Perfecto, estaba a punto de cambiar algunas fichas, ¿puedes acompañarme?
—Por supuesto, ¿cómo debo llamarte?
—Simón.
—Sígueme, por favor.
Pilar lideró el camino con una amplia sonrisa en su rostro, moviéndose de