Xoana realmente no sabía por qué estaba actuando así.
Pero sentía que esta era su única oportunidad.
Su impulsiva acción tomó a Simón por sorpresa.
—¡Eh, eh…, Presidenta Xoana! — Simón dijo dos veces, pero Xoana continuó.
Inclinándose sugestivamente, dejó su escote abierto, sus blancos pechos brillaban incluso más que el relámpago.
Sumado a su hermoso y delicado rostro y a su mirada hipnótica.
¿Qué hombre podría resistir esa tentación bajo esos labios ardientes?
Simón sintió un fuerte impulso por un instante.
Pero rápidamente se sobrepuso.
Tenía novia.
Y su relación con Xoana no había llegado hasta ese punto.
—Presidenta Xoana, tome un poco de agua, — dijo Simón directamente, sacudiendo el alma de Xoana.
Xoana se estremeció al instante y con suavidad se enderezó, mirando fijamente a Simón con desconcierto.
Después de un breve momento, sonrió amargamente y tomó el vaso de agua de Simón antes de sentarse.
—Lo siento mucho, creo que me he vuelto loca—, dijo Xoana con una sonrisa amarga.
S