En ese momento, Simón suspiró y luego, con una profunda inhalación, sopló un chorro de llamas directo hacia Gino.
Llama de Dragón.
Tan pronto como la delgada llama de dragón salió, se expandió rápidamente, cubriendo y arremetiendo hacia Gino.
Al mismo tiempo, Simón levantó la cabeza y la llama de dragón se disparó hacia arriba, quemando instantáneamente la imagen del enorme Rey Ksitigarbha y convirtiéndola con rapidez en un poderoso flujo caótico de energía espiritual. Un feroz torbellino comenzó a azotar completamente el cielo.
Gino fue quemado hasta convertirse en cenizas en un instante, dispersándose con el viento sin dejar rastro.
Esta escena dejó a todos atónitos.
Ivette, apresuradamente, dejó de beber su medicina, tapó rápidamente el frasco y murmuró: —Vaya, todavía tenías ese as bajo la manga, casi me haces perder unos cuantos millones, eres bastante travieso.
Santiago y Thiago también estaban impactados, quedándose boquiabiertos en el lugar.
La fuerza de su líder era muy indesc