Pero ahora, culparla a ella por todo, la hace sentirse muy injusta.
Sin embargo, como la más joven, ¿qué más puede hacer más que soportar esta injusticia? Además, debe persuadir a su abuelo para que tome el Longevity Tonic, ya que sabe que Simón no puede estar mintiéndole.
Sin embargo, Isidro se negaba a tomarlo y en su lugar le dijo a Xabier: —Deja ir a los invitados. Estamos esperando al señor Dámaso. Hoy me disculparé con mi vida y ofreceré disculpas al señor Dámaso y al joven Eliseo.
Xabier, temeroso, anunció el fin del banquete a los cientos de invitados.
Todos estaban ansiosos por irse, ya que este lugar se había convertido en un remolino de desgracias y un verdadero campo de batalla; nadie quería estar cerca de un evento tan aterrador.
Justo cuando se levantaban y se iban, Eliseo gritó con firmeza: —Nadie se va. Todos esperen.
Aunque su cuerpo estaba inmovilizado, Simón no le quitó el derecho de hablar.
Al escuchar las palabras de Eliseo, todos volvieron a sentarse obedienteme