—¡Buscas la muerte!
El gigante levantó el martillo de hierro y lo descargó con toda su fuerza sobre Simón. A pesar del inmenso dolor que sentía, Simón logró incorporarse y, apenas se puso de pie, recitó rápidamente un hechizo, activando en ese instante el refugio del dragón divino.
—¡Boom!
En el preciso momento en que el refugio del dragón divino se activó, el martillo del gigante golpeó con fuerza sobre la protección. El impacto hizo de inmediato que el refugio del dragón divino vibrara violentamente. El gigante, convencido de que este golpe había matado a Simón, se sorprendió al ver que no había logrado su objetivo.
—¡Maldito, muere de una vez!
El gigante, enfurecido, levantó el martillo una vez más, esta vez concentrando toda su fuerza. Sin embargo, Simón, con una agilidad impresionante, se apartó con agilidad y esquivó el golpe del gigante.
—¡Eres como una mosca molesta que zumba en mis oídos! ¡Definitivamente te voy a aplastar!
El gigante, furioso, comenzó a balancear su enorme ma