Simón quedó en silencio esta vez y después de un breve momento preguntó: —Entonces, ¿sabes todo lo que ha ocurrido?
—Sí.
—Espero que no me culpes—dijo Simón con gran pesar.
Ángela respondió con voz tenue: —No te culpo, se lo buscaron ellos mismos, y mi hermana me pidió especialmente que te buscara hace un momento.
Simón se sorprendió con gran brevedad y luego comprendió. Dijo con tranquilidad: —Entonces ven, que coincidencia, tengo algo que hablar contigo ahora.
—Entiendo que querían aprovecharse de ti, y creo que tú también lo entiendes—dijo Angela.
Simón afirmó: —Entiendo, pero quiero que sepas que, para mí, eres diferente de las demás personas de la familia Quiroz. Quiero que trabajes como asistente de Daniela, para que te ejercites y no tengas ningún tipo de relación con la familia Quiroz.
—Permíteme pensarlo, no sé qué hacer en este momento—respondió Ángela con una voz llena de confusión y emoción al mismo tiempo.
Simón frunció el ceño. Si bien lo dijo de esa manera, Ángela seguí