Constanza seguía pensando que era muy arriesgado, pero siendo personas como ellos, ¿acaso no vivían siempre al borde del peligro?
En ese preciso momento, Isolde intervino y dijo: —Yo también voy.
—¿Y para qué irías? Esto es muy peligroso, — respondió Constanza con un tono preocupado.
Isolde, sin dudarlo dos veces, replicó: —Quiero ver morir a Bastian con mis propios ojos.
Después de todo, Isolde también había sido una víctima de las atrocidades del grupo de Bastian.
Simón esbozó una ligera sonrisa y dijo con precaución: —Está bien, entonces vamos ahora mismo.
Los tres salieron de inmediato. Constanza tomó el volante y condujo directo hacia la residencia de Bastian.
Para Simón, no importaba quién los acompañara, ya que para él, Bastian ya estaba condenado a morir.
...
En el interior de la mansión de Bastian.
Bastian estaba sentado en la sala, con el ceño fruncido.
Frente a él se encontraban cuatro figuras de diferentes alturas y complexiones: Los cuatro espectros.
Bastian, que parecía e