Capítulo 1419
Él no fue al bar, sino que se dirigió a un pequeño patio poco llamativo en el centro de la ciudad. En el patio, una mujer bastante hermosa tomaba el sol.

Cuando Juventino entró, al instante exclamó: —Querida, ¿me extrañaste?

La mujer levantó la vista y, con indiferencia, respondió: —Pendejo, no me has visitado por mucho tiempo, ¿ya me olvidaste?

—¿Cómo podría olvidarte, mi querida Lisa?

Mientras decía esto, Juventino empezó a desgarrar groseramente la ropa de Lisa. Entre sus protestas de —no— y su resistencia, pronto quedó desnuda por completo, revelando su cuerpo tonificado y sus impresionantes curvas.

Juventino rugió y la levantó, atacando con firmeza. Lisa gritó en estado de shock, abrazando con fuerza el cuello de Juventino, mientras su cuerpo trataba de adaptarse.

El patio se llenó de una atmósfera lasciva.

...

Poco después, Juvencio y sus acompañantes, con expresiones de decepción, salieron de la mansión del señor Teófilo y regresaron angustiados al hotel.

En la sala de estar,
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