Simón quedó atónito por su respuesta. Después de un momento de estupor, finalmente se dio cuenta de que esta pareja, en verdad no eran buenas personas.
Mirándolos con frialdad, dijo: —No debería haberlos salvado.
—¿Qué quieres decir? — preguntaron atónitos los dos.
Simón negó la cabeza y le dijo a Alicia: —Tú y Imran deberían mudarse. Esta casa no es un buen lugar para vivir juntos.
—¿Mudarnos? — Alicia esbozó una sonrisa bastante amarga.
—Imran no sabe hacer absolutamente nada y no puede ganar dinero. El sustento de la casa depende solo de mi trabajo. ¿Crees que podemos permitirnos mudarnos?
Simón suspiró muy pensativo y dijo: —Te daré el número de teléfono de una amiga, es la jefa de una empresa. Llámala de inmediato y te conseguirá un trabajo estable y una casa. En cuanto al bebé, Imran puede quedarse en casa y cuidarlo.
—¿En serio? — los ojos de Alicia brillaron con una gran esperanza.
Simón afirmó con una amplia sonrisa: —Confía en mí, no te estoy mintiendo.
Luego, Simón le dio a