El grupo de la familia Jaramillo se detuvo justo en la entrada del cañón. Severino miró la hora y dijo: —Es casi la hora, el secreto está en este cañón. Vamos.

Todos se dirigieron directamente hacia el interior del cañón.

En ese momento, una sombra oscura apareció, se fusionó con la oscuridad de la noche, y observó en completo silencio al grupo que avanzaba.

Simón y los demás caminaron lentamente directo hacia el interior del cañón.

El Monte Jaramillo es un brazo de la Sierra Nevada, muy cerca de ella. Llegar aquí significaba que estaban en un lugar muy apartado.

Al llegar justo al centro del cañón, Severino detuvo sus pasos.

Todos los demás también se detuvieron.

—Falta media hora para que se abra el secreto. Recuerden, aparte de nosotros seis, nadie más debe entrar. No podemos arriesgar a toda la familia Jaramillo, debemos dejar a algunos para que continúen con nuestra línea de sangre, — dijo Severino con voz muy profunda.

Todos aceptaron en completo silencio. Lo que Severino dijo te