Desafortunadamente, el grito de Simón no tuvo ningún efecto. La abertura del círculo mágico se cerró con rapidez, y en un abrir y cerrar de ojos, Simón se vio sumido en una oscuridad interminable. Mientras tanto, sentía que su cuerpo seguía cayendo sin cesar.
A su alrededor todo era oscuridad; no podía ver ni siquiera sus manos. En ese preciso momento, Simón se sintió completamente derrotado. Había creído ser el elegido del Hijo de la Luz, pensaba que él debía ser quien salvara a este mundo. Pero ahora, cuando todo parecía desvanecerse, Simón se dio cuenta de que en realidad no era nada.
¿Será que tendría que morir de esa manera ?
Simón no sabía qué resultado le esperaba, pero en ese momento sentía una profunda desesperanza. No pudo evitar sonreír con amargura mientras pensaba: Tal vez, en realidad, no soy el elegido del Hijo de la Luz.
En medio de la oscuridad, Simón, aún lleno de frustración, abrió los ojos con fuerza. Finalmente, resignado, cerró los ojos poco a poco.
—¡Gracias, Sim