*Morgan*
Estaba muy nerviosa y no podía controlar mis músculos. No es que tenga pena o autoestima baja. Vamos a ser sinceros, no pertenezco a la sociedad de Elizabeth, los ricos y famosos me hacen sentir mal. Así que no me gustaría pasar una noche rodeada de la sociedad aristocrática de la ciudad.
Elizabeth me sujeta la mano para reconfortarme y me dice-debes tranquilizarte. Esas aves de rapiña que se lanzaran a tu cuello a la menor oportunidad, pueden atacarte solo para dejar en claro su supremacía- me dice con una sonrisa.
—Si tu idea era tranquilizarme, fracasaste-le digo devolviéndole la sonrisa.
—Pero tú has hecho algo que ninguno de ellos lograra nunca-me dice.
— ¿Qué? ¿Comer doce donas en menos de diez minutos? - le digo riendo nerviosa.
—Casarte conmigo— me dice acercándose, deja un suave beso en mis labios— Y ese hecho te hace la mejor de todos-vuelve a besarme, pero esta vez me toma por el cuello para profundizar el beso, nos separamos hasta que nos falta el aire con nuestra