Mientras pasaban los días, padre e hijo notaban la delicada situacion en la que se encontraban los negocios familiares, porque podían notar su realidad y es que de un momento a otro a no les vendían y sus compradores dejaron de buscarlos lo cual significa que en verdad el rey les habia cortado el suministro y la estabilidad de la familia peligraría.
- Tch… te lo dije – se quejó Ignacio.
- Hija cálmate y espera un momento.
- Es que padre es su culpa y…
- Ignacio pese a que igual tengo mis reservas sobre Fernando, no crees que le estaríamos dando mucho crédito – menciono de forma pensativa – digo… sé que metió la pata en la boda, pero no creo que eso sea un motivo suficiente para buscar desaparecer a la familia por completo.
- ¿Entonces? ¿tienes alguna otra explicación? porque nosotros no hemos hecho nada grave como para que el rey nos haga esto – indico molesto – en este caso lo mejor es pedir una audiencia con él y preguntarle directamente.
- Pero primero debemos tartar de pensar