Capítulo 47
Marcus y Pietro contienen la respiración y no por Emira. Tienen frente a ellos al más temido mafioso, aquel que opera desde la sombra, al lado de Aimara respaldandola.
George sale disparado mientras que un pensamiento inquietante cruza por su cabeza, al mismo tiempo un frío helado recorre su espalda deseando llegar a tiempo, sabe de lo que es capaz Emira y, aunque confía en lo bien que la ha entrenado, nunca se perdonaría si algo le pasara.
Al cruzar la puerta principal se detiene en seco, no puede creer lo que tiene frente a sí. Ese hombre estaba allí y junto a su esposa.
Solo lo había visto una vez en su vida y le advirtieron que no se cruzará en su camino.
Todo pasa demasiado rápido, aunque contuvieron la respiración y evitaron parpadear, no lograron ver el momento exacto en el que sacó su arma y disparó, solo se escuchó el estruendo, ella cae al suelo mientras un fino hilo rojo pasa entre sus ojos, nadie se atreve a decir una palabra. Miguel da un paso al frente guarda