Ashley sonrió al ver como la rubia arrojaba el vasito de cartón vacío a la cesta de la basura más cercana, acaba de darle su primera dosis. ¡Su plan sería un éxito!
Lara caminó por el pasillo echando miradas hacia dentro de las habitaciones de los internos en busca de Walter, mientras Susan y Ashley permanecían apenas soportándose la una a la otra en las frías sillas de metal de la salita de espera.
Caminó despacio y miró en una habitación, pero estaba vacía, más adelante volvió a asomarse y había un niño, uno pequeño que la hizo destense automáticamente, los recuerdos de tantos desvelos y tantos sustos con la salud de Teo la golpearon como un tren en movimiento.
No pudo evitar sentirse con cierto malestar por ese niño y su familia, se acercó para saludar a su acompañante.
— Buenas tardes, ¿Qué tiene el niño?
— Es el corazón — La madre le dijo — Los médicos lo tienen en lista de espera para trasplante…
Algo agudo se clavó en el pecho de la rubia y la hizo tragar en seco.
— Mi hermanit