El miedo amenaza con extinguir mi cordura.

Sebastián

Me mantengo en silencio, mientas trato de comprender como es que una mujer, sin ayuda de nadie, consiguió burlar a tres elementos de seguridad y hasta ponerlos a dormir con tanta facilidad. Aún peor, todo el sistema de seguridad del hospital fue burlado sin que nadie se percatara de lo que estaba sucediendo y ahora no solo Amelia está desaparecida, sino que su padre se debate entre la vida y la muerte.

—Señor, lamento lo que sucedió, le doy mi palabra de…

—¿De qué? ¿De qué la van a encontrar? —inquiero en tono calmado y hostil—, ¡no tendrían que encontrarla si hubieran hecho su trabajo bien! —señalo sintiendo como la ira reverbera en mis venas.

—¡Señor, no es nuestra culpa, esa mujer nos atacó sin previo aviso! ¡Creímos que era una de las enfermeras! —Ladeo los labios con cinismo al escuchar la estupidez que acaba de pronunciar.

—Los atacó sin previo aviso —repito esta vez en un tono más bajo, es como un silbido suave, pero igual d