Es su sonrisa la que ha llenado de luz mi día.

Gabriel

Camino por la acera, luego de salir del café, sostengo el paraguas con firmeza en mi mano, buscando controlar esta emoción que me ahoga. El aire está frío y huele a asfalto húmedo, pero no siento el clima. La verdad, no siento nada, solo esta punzada en medio de mi pecho que me recuerda que estoy vivo y que quizás tengo una segunda oportunidad.

Mis pies se detienen a dos cuadras del café, la risa de Anastasia resuena en mis tímpanos. Respiro hondo y me obligo a continuar hacia adelante. Debo llegar a la oficina para revisar los planos del proyecto de Regent´s Park; tengo una reunión sobre drenajes que no puedo posponer. Desde la muerte de Sarah, mi vida se convirtió en una rutina invariable: la guardería de Emilia, las juntas de vecinos, el trabajo, casa. Manejo mi día a día con la misma precisión con la que realizo mis diseños.

Estabilidad, control, previsib