—¿Cómo te fue? —preguntó Melody desde la otra línea.
—Ya la tengo, estoy regresando a Londres—respondí. —, ¿Cómo están ustedes?
—Bien, estamos en Milán. Nos instalamos en un departamento, tu hermana y la mamá están muy contentas—respondió.
—Perfecto, cuídense mucho—respondí—, Ya todo esto acabará pronto.
—¿Vas a decírselo? —preguntó y asentí, hablábamos por videollamada. —, Suerte, espero que lo comprenda.
—Yo también espero lo mismo—respondí—, Debo dejarte, ya llamaron a mi vuelo.
—Adiós, suerte Bloom. —colgó.
Tomé mis pertenencias y subí al avión, las horas se volvieron minutos y al aterrizar en la ciudad. Me volví un manojo de nervio