Me desperté sintiendo como unas manos acariciaban mi cuerpo, asustada busqué de donde provenían y me encontré con un rostro que jamás había visto en mi vida. Lo aparte de mi con fuerza y me levante para salir corriendo de la habitación, pero entonces otro hombre vino hacia mí con mucha rapidez. Parecía que no podría liberarme de él, pero aun así corrí por el pasillo con la esperanza de no ser alcanzada por ninguno de los dos. Unos brazos me tomaron por detrás y me hicieron caer de bruces al frio suelo, para luego girarme y comenzar a desvestirme, a pesar de que patalee, intente defenderme, usar las maniobras que aprendí de Julio, nada funciono. Ellos me dejaron completamente desnuda y estaban a punto de abusar de mí, lo mismo que viví hace años atrás, solo que esta vez eran dos y no solo uno.

—¡Ah! ¡Mierda! &mdash