Joshua no pudo evitar fruncir el ceño cuando escuchó el tono de Luna.
"Espérame", ordenó él con frialdad y enseguida colgó el teléfono.
"Joshua". Fiona le lanzó una mirada preocupada desde su lugar en la cama del hospital y dijo: "Si no puedes llegar a un acuerdo con la señorita Luna, échanos la culpa de todo a la señora Collins y a mí. No te metas en problemas con ella, ¿de acuerdo?".
Al ver lo comprensiva que era Fiona, Joshua dejó escapar un suspiro y asintió. Luego se dio la vuelta y salió de la habitación.
Fiona se apoyó en el cabecero de la cama y observó a Joshua salir con una sonrisa de satisfacción. Sus ojos oscuros estaban marcados con suficiencia y triunfo.
Resulta que ella había sobreestimado a Luna. Ella había creído que Luna era inteligente y calculadora, pero no era más que una mujer precipitada e impulsiva.
‘No hay forma de que pueda competir conmigo’, pensó Fiona. ‘Tarde o temprano, Joshua Lynch será mío’.
...
Fuera de la sala.
Luna estaba sentada en un ban