Después de la entrevista, Grayson y Ari regresaron al castillo, junto con el resto de la Familia Real. Grayson la rodeó con su brazo, y ella se apoyaba en él.

—Entonces, ¿crees que la entrevista sirvió de algo? —preguntó Ari, mirándole con ojos inocentes. Grayson suspiró. No quería mentirle, pero tampoco quería que se preocupara innecesariamente.

—No estoy seguro. Pero al menos la verdad está ahí fuera. El público no puede culparnos por ello. Sólo espero que satisfaga a la gente. Lo único que no necesitamos es una Guerra Civil.

—Bueno, esperemos que no se llegue a eso. Creo que ha ido bien. Sólo espero que Marcus no haga nada estúpido.

Grayson sonrió: —Eso es mucho pedir —dijo, con la voz llena de sarcasmo. Ari bostezó cuando se detuvieron frente al castillo un rato después.

—¿Cansada?

Ari asintió: —Sólo un poco, pero estoy bien.

—No has tenido tiempo para relajarte desde que volvimos —observó Grayson—. ¿Por qué no vas a nuestra habitación y te acuestas? Haré que a